Suavemente las palabras van al viento
y como gotas de rosio se esfuman
tus cariños y dulsuras transcurridos
los guardo entre mis pechos
y al ver la lagrima correr por tus mejillas
correria pidiendo ayuda al cielo
para que transforme tu tristeza en alegría
Aqui estoy yo, Madre querida
con mi caracter, y siguiendo mi camino
no por eso olvido tus caricias
ni los esfuerzos que por mi has sufrido
Nuevamente te agradesco hoy en tu día
que digas "hija estoy con tigo"
pues existes, y yo existo.
¡Ho Madre!, la vida es ardua.
Como la rosa se abre al sol,
mira hacia el cielo fervorosa,
y en silencio escucharas ¡cuanto te quiero!
Lydia Sujmajier Corvalán
18/10/2009
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